EUROPA
PRESS
29 abril
2022
¿Qué
hay que comer para llegar a viejo en buenas condiciones?
El examen de una serie de
investigaciones, desde estudios en animales de laboratorio hasta la
investigación epidemiológica en poblaciones humanas, realizado por investigadores
de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos), ofrece a los
científicos una imagen más clara de qué tipo de nutrición puede ofrecer la
mejor oportunidad para una vida más larga y saludable.
En un artículo que incluye una revisión bibliográfica
publicado en la revista 'Cell', el profesor de la Escuela de Gerontología
Leonard Davis, Valter Longo, y la coautora Rozalyn
Anderson, de la Universidad de Wisconsin, describen la "dieta de la
longevidad", un enfoque multipilar basado en
estudios de diversos aspectos de la dieta, desde la composición de los
alimentos y la ingesta de calorías hasta la duración y la frecuencia de los
períodos de ayuno.
"Exploramos el vínculo entre los nutrientes, el ayuno,
los genes y la longevidad en especies de vida corta, y conectamos estos
vínculos con estudios clínicos y epidemiológicos en primates y humanos,
incluidos los centenarios, apunta Longo. Al adoptar un enfoque multisistémico y
multipilar basado en más de un siglo de
investigación, podemos empezar a definir una dieta para la longevidad que
represente una base sólida para la recomendación nutricional y para futuras
investigaciones".
Longo y Anderson revisaron cientos de estudios sobre
nutrición, enfermedades y longevidad en animales de laboratorio y humanos y los
combinaron con sus propios estudios sobre nutrientes y
envejecimiento. El análisis incluyó dietas populares como la restricción de
calorías totales, la dieta cetogénica alta en grasas
y baja en carbohidratos, las dietas vegetarianas y veganas y la dieta
mediterránea.
El artículo también incluye una revisión de las diferentes
formas de ayuno, entre ellas una dieta de corta duración que imita la respuesta
de ayuno del organismo, el ayuno intermitente (frecuente y de corta duración) y
el ayuno periódico (dos o más días de ayuno o dietas que imitan el ayuno más de
dos veces al mes).
Además de examinar los datos de vida de los estudios
epidemiológicos, el equipo relacionó estos estudios con factores dietéticos
específicos que afectan a varias vías genéticas reguladoras de la longevidad
compartidas por animales y humanos que también afectan a los marcadores de
riesgo de enfermedad, incluidos los niveles de insulina, proteína C reactiva,
factor de crecimiento similar a la insulina 1 y colesterol.
Los autores informan de que las características clave de la
dieta óptima parecen ser una ingesta de carbohidratos de moderada a alta de
fuentes no refinadas, proteínas bajas pero suficientes de fuentes
principalmente vegetales, y suficientes grasas vegetales para proporcionar
alrededor del 30 por ciento de las necesidades energéticas.
Lo ideal sería que todas las comidas del día se realizaran
dentro de una ventana de 11-12 horas, lo que permitiría un período diario de
ayuno, y un ciclo de 5 días de una dieta de ayuno o que imite el ayuno cada 3-4
meses también podría ayudar a reducir la resistencia a la insulina, la presión
arterial y otros factores de riesgo para los individuos con mayor riesgo de
enfermedad, añade Longo.
Describe cómo podría ser la alimentación para la longevidad
en la vida real señalando que "muchas legumbres, cereales integrales y
verduras; algo de pescado; nada de carne roja o procesada y muy poca carne
blanca; poco azúcar y cereales refinados; buenos niveles de frutos secos y
aceite de oliva, y algo de chocolate negro".
El siguiente paso en la investigación de la dieta de la
longevidad será un estudio con 500 personas que se llevará a cabo en el sur de
Italia, dijo Longo. La dieta de la longevidad presenta similitudes y
diferencias con las dietas de estilo mediterráneo que se observan a menudo en
las "zonas azules" de superenvejecimiento,
como Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón) y Loma Linda (Estados Unidos).
Las dietas habituales en estas comunidades, conocidas por el
elevado número de personas de 100 años o más, suelen ser mayoritariamente
vegetales o pesqueras y relativamente bajas en proteínas. Pero la dieta de la
longevidad representa una evolución de estas "dietas centenarias",
explicó Longo, citando la recomendación de limitar el consumo de alimentos a 12
horas al día y tener varios periodos cortos de ayuno cada año.
Además de las características generales, la dieta de la
longevidad debe adaptarse a los individuos en función del sexo, la edad, el
estado de salud y la genética, señala Longo. Por ejemplo, las personas mayores
de 65 años pueden necesitar aumentar las proteínas para contrarrestar la
fragilidad y la pérdida de masa corporal magra, ya que os propios estudios de
Longo ilustraron que las cantidades más altas de proteínas eran mejores para
las personas mayores de 65 años, pero no eran óptimas para los menores de 65
años, añade.
Para las personas que buscan optimizar su dieta para la
longevidad, dijo que es importante trabajar con un proveedor de atención médica
especializado en nutrición para personalizar un plan centrado en pequeños
cambios que puedan adoptarse de por vida, en lugar de grandes cambios que
causarán una pérdida importante y perjudicial de grasa corporal y masa magra,
seguida de una recuperación de la grasa perdida, una vez que la persona
abandone la dieta muy restrictiva.
"La dieta de la longevidad no es una restricción
dietética destinada únicamente a la pérdida de peso, sino un estilo de vida
centrado en retrasar el envejecimiento, que puede complementar la atención
sanitaria estándar y, tomada como medida preventiva, ayudará a evitar la
morbilidad y a mantener la salud hasta una edad avanzada", afirma.